Cine de romanos para ARQVEHISTORIA.COM
GLADIATOR
Desde que el Ben-Hur
de William Wyler se llevara once estatuillas en la gala de los Oscar cuarenta
años antes, ningún largometraje catalogado como “peplum”, que así es como se conocía a las películas de plumeros y
espadas, había conseguido cosechar tanto éxito en Hollywood. Dirigida por Ridley Scott, Gladiator se llevó cinco premios de la Academia, siendo hasta fecha
de hoy la película reciente de este género “de romanos” más rentable para las
productoras y un verdadero revulsivo para el cine y la literatura épica. El
propio Simon Scarrow, afamado autor
de novelas históricas ambientadas en las legiones romanas, comenta en sus charlas que de no haber coincidido el estreno de
la película con su borrador de “El Águila del Imperio”, igual sus novelas de
Cato y Macro nunca habrían llegado a las estanterías…
Sobre la
película en sí, podemos abordarla en dos partes; el argumento y su veracidad
y/o verosimilitud. La idea no era nueva, sino un re-make de “La Caída del
Imperio Romano” de Anthony Mann, rodada en España y protagonizada en 1964
por Alec Guiness (Marco Aurelio), Stephen Boyd (Livio), Christopher Plummer (Cómodo) y Sophia Loren (Lucila), superproducción
que no tuvo el éxito ni el retorno de inversión deseado.
Trailer de la película
Germania |
El momento más esperado...
[…] Me llamo Máximo Décimo Meridio, Comandante de los Ejércitos
del Norte, General de las Legiones Félix, leal servidor del auténtico emperador
Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada, y
alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra […]
Frase crucial
de la película, con el “Hispano”, que así le aclama el público, descubriéndose ante
el emperador. Vayamos ahora con Máximo,
según la película Máximo Decimo Meridio, o sea, en un símil actual “Zapatero José Luís Rodríguez”; Máximo no
es un praenomen, sino un cognomen: lo correcto es Décimo Meridio Máximo. Cuán menos sorprende
que un fugado herido desde los gélidos bosques de Panonia o Germania, al caso
es lo mismo, llegue cabalgando hasta un rincón de Hispania sin toparse con
ninguna patrulla, posta, mansio, mutatio o cualquier otro punto de
avituallamiento o control de los cientos que había entre el limes y la remota Lusitania…
Un secundario de lujo: S.T.T.L. Mr. Reed:
Un secundario de lujo: S.T.T.L. Mr. Reed:
El personaje más creíble de la película es el lanista Próximo (Oliver Reed), propietario de una escuela de gladiadores en el confín del mundo conocido. Una vez de vuelta a Roma, la gran valedora de Máximo es Lucila (Connie Nielsen), hija de Marco Aurelio y hermana del emperador, una de sus cinco hermanas... Ésta en concreto fue esposa de Lucio Vero, corregente del Imperio con su padre, y fue eliminada antes de que cayese Cómodo; el guionista la mantuvo viva para que la trama no perdiese morbo y atractivo (además, Cómodo estaba casado desde el 178 a.C. con Brutia Crispina, personaje que ni aparece en la película)
El malvado emperador:
Cómodo no es de
naturaleza malvada pero, por el contrario, es el hombre menos honesto que jamás
ha vivido. Su gran simplicidad, unida a su cobardía, le ha hecho ser esclavo de
sus compañeros. Las malas influencias le han hecho desviarse del camino del
buen hacer y, al principio por su ignorancia y al final por la creación de una
segunda naturaleza, han hecho que sus actos crueles y lujuriosos se hayan
convertido en un hábito.
Dión Casio
Cómodo fue uno de
los dementes más relevantes que llegaron a vestirse de púrpura. Junto a Calígula, Nerón, Domiciano y Heliogábalo, es de los pocos césares
sobre los que cayó una damnatio memoriae,
es decir, el Senado ordenó borrar toda inscripción, monumento, estatua y/o
recuerdo suyo. Gustaba de vestirse como Hércules por palacio, con piel de león
y porra, y bajar a la arena para luchar como un gladiador más, aunque cada
aparición suya le costase al erario público la escalofriante cifra de un millón
de sestercios (para entender la magnitud de este importe, por un par de
sestercios tenías cena y cama limpia en una mansio
de la red viaria) Cómodo no murió luchando en la arena, como en la película, a
manos de Máximo u otro campeón, sino estrangulado en su bañera por un liberto en
el 192 d.C. Tuvo un final tan ignominioso como merecido.
Conclusión:
Conclusión:
En lo
personal, me quedo con la acertada apreciación de S. Scarrow sobre el efecto
que esta película produjo en el público; quizá gracias a esta sarta de gazapos
la literatura épica ganó millones de adeptos por todo el mundo, por lo que le
debemos disculpar su falta de veracidad en mor de un fin noble: devolverle a la
Antigua Roma el protagonismo en la gran pantalla.
Una puesta en escena impecable: 15' de horror en Germania recreados con arte y oficio |
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